
Francisco manda besos a los presos de la prisión Regina Coeli
Francisco acude por sorpresa a la cárcel Regina Coeli: «Quiero estar cerca de vosotros»
Durante su visita de unos 20 minutos, el Pontífice mantuvo un encuentro privado con un grupo de aproximadamente 70 presos
Los distintos medios de comunicación estaban prevenidos por si una vez más el Papa Francisco decidía dar una sorpresa este Jueves Santo y aparecer en la cárcel romana de Regina Coeli. Cada año en esta fecha el Papa visita alguna prisión para realizar el rito del lavatorio de pies, como gesto de cercanía hacia los privados de libertad.
Sin embargo en esta ocasión todo dependía del estado de salud del Pontífice. Tras haber recibido el alta el pasado 23 de marzo después de permanecer 38 días ingresado en el hospital Gemelli por una neumonía bilateral, los médicos le recomendaron al menos dos meses de reposo.
Aun así, las últimas apariciones breves pero constantes de Francisco—como la audiencia de este miércoles con el personal sanitario del hospital— parecen haberle animado a mantener esta cita, aunque en un formato más corto y sin actos litúrgicos.

El Papa se reunió con unos 70 internos que participan regularmente en las actividades y catequesis organizadas por el Capellán del Instituto
A su llegada a la prisión, el Papa respondió con brevedad y voz apagada a los periodistas que lo esperaban: «Lo vivo como puedo», dijo desde la ventanilla del coche al ser preguntado por cómo afronta estos días especialmente intensos. Ya en un tono más reflexivo añadió una frase que, según confesó, le viene siempre a la mente en contextos similares: «Cada vez que entro en un lugar como este me pregunto por qué ellos y no yo».
Ser pastor con olor a oveja
El Pontífice argentino fue recibido por la directora de la penitenciaría, Claudia Clementi, y por varios miembros del personal penitenciario que lo acogieron con aplausos. Durante su visita de unos 20 minutos mantuvo un encuentro privado con un grupo de aproximadamente 70 internos.
Este año no se realizó el tradicional lavatorio de pies, aunque la presencia del Papa bastó para dar continuidad al mensaje que viene repitiendo cada Jueves Santo: la Iglesia no deja de lado a los más olvidados de la sociedad.
«Me gusta hacer cada año lo que Jesús hizo el Jueves Santo, el lavatorio de los pies, en la cárcel», expresó el Santo Padre. Y añadió: «Este año no puedo hacerlo, pero sí puedo y quiero estar cerca de vosotros. Rezo por vosotros y por vuestras familias», aseguró a los presos.

El Papa Francisco sale de la cárcel Regina Coeli
Al final de un momento de oración, el Papa saludó individualmente a cada uno de los reclusos. Por último, se dirigió de nuevo a los presentes para rezar el Padre Nuestro e impartir su bendición.
Francisco no utilizó en esta ocasión las cánulas nasales que ha llevado en otros actos públicos recientes, lo que refleja cierta mejoría en su capacidad respiratoria. El coche que lo trasladaba abandonó la prisión a las 15:23 horas locales.
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