
Un guardia civil inspecciona el cobre incautado tras una operación policial
¿Quién está detrás del robo de cobre que ha provocado el caos en el AVE?
La subida del precio del cobre y la intrusión de bandas organizadas de la Europa del Este ha hecho inútil el plan específico contra este tipo de robos que cumple 10 años
La Guardia Civil ha abierto una investigación para dilucidar quién está detrás del robo del cableado eléctrico que ha paralizado la circulación de trenes AVE entre Madrid y Andalucía este domingo. La cuestión está en saber si se trata de un robo o, como defiende el ministro de Transportes, Óscar Puente, se trata de un sabotaje.
Lo cierto es que la subida del precio del cobre, que supera ya los 10.000 euros por tonelada según el mercado de metales de Londres, ha hecho que el robo de este material se haya disparado, especialmente después de la pandemia. Según el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior, entre el año 2019 y el 2024 el número de robos de materiales conductores, entre los que destaca el cobre, ha aumentado un 87 %, de 2.367 a 4.433, más de doce robos de cobre al día. En total se detuvo a 987 personas relacionadas con estos robos.
Hasta hace unos años, el robo de cobre lo llevaban a cabo habitualmente delincuentes comunes que trabajaban por su cuenta. La facilidad de obtener el cobre a partir del cableado eléctrico que apenas supone el coste que quemar los cables para que quede el cobre al descubierto, hace de la venta ilegal de cobre un «negocio» muy rentable.
Pero las operaciones policiales desarrolladas en los últimos tiempos, ha puesto en evidencia que el robo de este material es llevado a cabo, cada vez más por grupos organizados.Así, por ejemplo, uno de los mayores golpes policiales llevados a cabo en los últimos meses, llevó a esclarecer el robo de 3,3 kilómetros de cableado telefónico entre las localidades navarras de Espronceda y Torres del Río. Los dos detenidos vivían en las localidades de Calpe (Alicante) y Córdoba y almacenaban el material, 2,6 toneladas de cobre, en una nave de La Rioja.
Hasta 500 kilos por kilómetro de cable
Esta operación demuestra que el cobre no se obtiene únicamente de las infraestructuras ferroviarias. También se roba de instalaciones eléctricas, agrícolas o industriales, muchas de ellas en lugares aislados y lejos de las zonas de vigilancia.
La cantidad de cobre obtenido varía notablemente según el cable que se robe. Así, por ejemplo, las secciones de los conductores de cobre para el suministro de energía eléctrica al alumbrado de una ciudad van desde los 2,5 milímetros cuadrados hasta los 50 milímetros. Por cada 1.000 metros de un cable con una sección de 50 milímetros cuadrados se obtienen unos 500 kilos de cobre.
Las organizaciones criminales o, cada vez menos, personas individuales, realizan modus operandi del robo del cobre en cuatro pasos que empiezan por la localización del mejor lugar para proceder al corte del cableado. En el caso de la vía del AVE a su paso por la provincia de Toledo, el robo se ha producido en dos lugares donde no había cámaras de seguridad ni ningún tipo de vigilancia.
El acceso a estos lugares y el corte del cableado constituiría la segunda fase del modus operandi que llevaría a la tercera que sería quemar ese cable para extraer el cobre desnudo. La cuarta y última fase del robo es la venta del material robado que normalmente se hace a chatarrerías ilegales. Basta con ofrecerles el cobre a un precio inferior al precio de mercado. Dado lo barato que resulta obtener el cobre de los cables robados, el beneficio para el delincuente es alto.
Todo esto llevó al Ministerio del Interior a establecer un Plan Permanente de Respuesta a las Actividades Ilícitas relacionadas con el Cobre en el año 2015, hace una década. En el año 2014, el previo a la instauración de este plan Policía Nacional y Guardia Civil detuvieron a un total de 2.308 personas relacionadas con el robo de 529 toneladas de cobre a lo largo de 3.700 kilómetros sustraídos, según datos del Ministerio del Interior.