
La bomba estadounidense GBU-57, la única capaz de alcanzar el complejo nuclear iraní de Fordow
Así es la bomba estadounidense que Trump ha lanzado contra las instalaciones nucleares de Irán
El pasado 13 de junio, Israel lanzó su 'Operación León Ascendente' contra Irán, un ataque sin precedentes que buscaba diezmar las capacidades nucleares y militares de la República Islámica, bajo la justificación de que Teherán estaba a punto de dotarse del arma nuclear. Tras una semana de guerra abierta entre Israel e Irán, el Ejército israelí ha logrado asestar duros golpes a varias instalaciones nucleares como Natanz, la principal instalación de enriquecimiento de uranio del país persa, o Isfahán. Sin embargo, a Israel se le escapa la joya de la corona del programa atómico iraní: la planta subterránea de Fordow.
Esta instalación nuclear se encuentra enterrada bajo una montaña, a unos 80 metros de profundidad. Ubicada a 32 kilómetros al sur de la ciudad sagrada de Qom, en una antigua base del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, este complejo solo es accesible a través de seis túneles. Imágenes satelitales del emplazamiento únicamente son capaces de captar un pequeño edificio blanco, en medio de la nada, rodeado por montañas. Se cree que la instalación subterránea consta de dos túneles principales que albergan centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio, así como una red de galerías aún más pequeñas.

Imagen satelital proporcionada por Maxar Technologies de la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow
Este complejo nuclear se ha convertido en una obsesión para el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pero el gran problema es que su país no cuenta con las capacidades necesarias para penetrar en estas instalaciones. Por ello, necesitaba de la ayuda de su gran aliado en la región, Estados Unidos, que es el único país del mundo que posee la bomba 'rompebúnkeres' más poderosa del planeta, la GBU-57, capaz de penetrar hasta 60 metros bajo tierra antes de explotar.
Los deseos de Netanyahu finalmente se han hecho realidad este sábado, cuando Trump ha decidido lanzar su potente arma contra las instalaciones nucleares iraníes, concretamente contra Isfahán, Natanz y Fordow que aseguró han sido «completamente y totalmente borradas». Para este ataque, además, Estados Unidos ha tenido que movilizar sus potentes bombarderos B-2, los únicos capaces de lanzar y transportar la GBU-57.
La bomba estadounidense GBU-57

La bomba estadounidense GBU-57
La bomba estadounidense GBU-57, ansiada por Israel
También conocida como el Penetrador Masivo de Artillería (MOP, por sus siglas en inglés), esta bomba está diseñada para apuntar contra instalaciones fortificadas y profundamente enterradas, como búnkeres y túneles. Su diseño, peso —unos 14.000 kg— y aleación de acero le permiten excavar bajo tierra y explotar, según explica el Ejército del Aire norteamericano. Se trata del arma convencional más pesada del arsenal estadounidense, aunque nunca ha sido utilizada en combate, hasta ahora.
Los mandos confían en su precisión, guiada por GPS, para alcanzar objetivos específicos y bien defendidos y destruir lo que las bombas ordinarias no pueden alcanzar. Es capaz de penetrar hasta 60 metros bajo tierra y, aunque es cierto que la instalación nuclear iraní de Fordow se encuentra a una mayor profundidad, el lanzamiento de una segunda bomba sí podría llegar a dañar sus instalaciones. Aún existen muchas incógnitas sobre cuál ha sido el alcance real de este ataque estadounidense. Irán, que ha reconocido la ofensiva, aseguró que los daños son superficiales y que no ha afectado a la capacidad de sus instalaciones nucleares.